Un pedacito de mí

Publicado el 7 de julio de 2023, 16:57

Tiempo aproximado de lectura 5.30 min

Hola, qué gusto tenerte por aquí. Soy Sandra Dufau-Tachiquín, fan de la vida, el chocolate, el queso, la cochinita pibil y como buena mexicana: de la tortilla, el chile y el frijol; disfruto de ayudar a los demás, viajar, tomar fotos, convivir con la familia y amigos; jugar tenis, la música, pero sobre todo de escribir, retratando historias en palabras.

 

Considero que "Una persona sin conocimiento de su historia, origen y sueños...

...es como un árbol sin raíces", así es que disfruto de contar e inmortalizar la historia de las personas pues pienso que tu vida es una aventura que merece ser compartida y que hacerlo posee un poder terapéutico causando efectos positivos tanto a tu salud mental como física, creo además, que aunque como dicen por ahí “nadie experimenta en cabeza ajena” tus experiencias y talentos, pueden beneficiar a otros al convertirse en una valiosa herramienta para tomar mejores decisiones.

 

Soy fiel creyente de que un detalle por más pequeño que éste sea puede generar grandes cambios: un saludo en la calle, un mensaje, una llamada… de verdad pueden cambiar el ánimo de cualquiera.

 

Me considero muy afortunada al poder iniciar cada mañana agradeciendo y disfrutando de la luz de un nuevo día -pues por antecedentes genéticos siempre he tenido temor de quedarme ciega- y cuando éste llega a su fin, por poder bendecir y besar a mis hijos y a mi compañero de vida.

 

De niña soñaba con ser locutora pues me imaginaba compartiendo ideas a través de mi voz. Desde entonces, me gustaba mucho observar e imaginarme la historia detrás de cada persona, continuamente creaba y sigo creando, relatos a partir de lo que veo.

 

Admiro a muchas personas citando aquí solo a algunas de ellas: a mis padres a quienes agradezco lo que soy y todo lo que me han apoyado y enseñado. Reconozco en ellos su empatía y bondad; a Cristina Serrato de quien me cautiva su capacidad para describir a las personas; a MariCharms quien se ha convertido en una fuente de inspiración y a Einstein, no solo por su mente brillante sino también por su capacidad de transmitir en cada uno de sus pensamientos grandes lecciones y porque a pesar de ser científico, reconoce al amor como la solución a todo, siendo Dios, en quien está fundamentado ese amor.

 

Hace muchos años quedó grabada en mi mente una frase que escuché en alguna ocasión: “Cuando veas a un hombre bueno trata de imitarlo, cuando veas a un hombre malo, examínate a tí mismo.”  Así es que siendo el ser imperfecto que soy, trato de dar el mejor ejemplo, sobre todo a esos dos seres extraordinarios que me eligieron como mamá y a quienes considero los más grandes maestros que pude haber tenido.

 

Inquieta por naturaleza y Diseñadora Gráfica de profesión, he complementado mi formación académica con estudios en Economía de Negocios y Mercadotecnia; siendo precisamente el diseño y el destino, los que me llevaron a desarrollarme profesionalmente en una empresa trasnacional en el ramo agrícola por más de 20 años, ahí aprendí a amar el campo, aprendí de seguridad, de investigaciones de mercado, me divertí creando publicidad y promoción, lanzando productos… en fin, tuve la fortuna de hacer grandes amigos y conocer extraordinarias personas y aunque es un mundo que realmente me apasiona, decidí hacer un alto para poder dedicarme más plenamente a mi familia y en el caso de mis dos hijos, para tratar de apoyarlos en sus sueños. Fue así como mi rol cambió principalmente al de ama de casa y chofer: llevar, recoger, un cansancio diferente que sin darme cuenta, se volvió rutina…

 

Realmente creí que ya no tendría oportunidad de seguir desarrollándome de manera personal y profesional, pero varios sucesos, algunos de ellos dolorosos, me hicieron reflexionar sobre lo importante que es disfrutar de cada momento y no perder las memorias de cada uno de los miembros de tu familia, surgiendo así, la imperiosa necesidad de capturar cada historia pues descubrí, que a partir de la 3ª. generación los sucesos se van transformando y perdiendo su alma.

 

Hoy, sé que todo lo que he experimentado y hecho, no ha sido una pérdida de tiempo, que ha sido perfecto y necesario para poder aplicarlo hoy en día y ser la persona que soy.

 

Capturando cada historia, me he propuesto como misión ayudar a que cada persona se reconozca y acepte como un ser completo y a que comprendan que no necesitan convertirse en una persona diferente; pues yo misma he entendido que reinventarse, no es cambiar, es atreverte a hacer cosas que te ilusionen y que es válido emocionarse y apasionarse con cada una de ellas.

 

Quiero compartirte algo que tardé muchos años en comprender:  

*Que si las cosas no están sucediendo hay que provocarlas.

*Que no puede hacerse todo, pero sí puede hacerse algo;

*Que no puedes cambiar al mundo, pero sí puedes cambiarte tú.

Y haciendo alusión al neurocirujano y escritor español Mario Puig quiero decirte que “todo depende de que nos enfoquemos en mucho menos “es ques” y en más “hay ques…”.”; es decir en menos excusas y más acciones…

 

¿Estás listo para compartir tu historia…?

 

 


Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios